El orgón o energía orgónica es una idea propuesta y promovida en la década de 1930 por el psicoanalista Wilhelm Reich, que creó originalmente ese término para describir una fuerza vital universal. La idea fue rápidamente desacreditada y descartada por la comunidad científica internacional.
Reich, originalmente parte del círculo de Sigmund Freud en Viena, creía que el concepto de libido de Freud tenía en realidad una base biológica, y desarrolló una práctica terapéutica ostensiblemente diseñada para liberar esta energía corporal, debido a que -de acuerdo a Freud- la salud mental dependía de un flujo libidinal sin inhibiciones. Esta teoría biofísica culminó finalmente en el desarrollo del concepto de orgón (palabra derivada de la misma raíz que “organismo” y “orgasmo”), que según Reich era una substancia sin masa y omnipresente, similar al éter, pero fuertemente asociada con la energía vital en lugar de la materia inerte.
Orgón y orgonita
Wilhelm Reich afirmaba la existencia de una energía vital (conceptualmente similar al prana, qì, kundalini, etc. de diversas religiones y filosofías místicas asiáticas) presente en todas partes, que podía ser básicamente positiva o negativa, teniendo según esta polaridad efectos buenos o malos sobre los organismos vivos.
Reich ideó la orgonita con la intención de poder tratar zonas puntuales del cuerpo humano mediante un tubo que aplicaba sobre la zona a curar. También diseñó una cápsula donde se introducía al paciente durante unos minutos con el fin de que todo su cuerpo recibiera una fuerte dosis de esa supuesta energía. Según su concepción, la orgonita ordena la energía orgónica produciendo consecuencias positivas en el entorno más inmediato.
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